Los tiempos en los que el trabajo estaba confinado a un lugar físico y un tiempo o jornada determinados han pasado a la historia.
Los datos son claros, hace 10 años sólo el 7% de las empresas españolas apostaban por esta forma de trabajar. Actualmente cerca del 30% de las empresas españolas contemplan el teletrabajo como una opción para el desarrollo de las actividades diarias de la empresa.
Existen también riesgos que deben tenerse en cuenta para evitar los inconvenientes que puede generar esta forma de desempeño laboral.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los teletrabajadores, es precisamente a saber gestionar correctamente los tiempos de trabajo.
Las nuevas tecnologías han permitido que podamos trabajar en muchos casos prácticamente desde cualquier lugar pero también que estemos “permanentemente conectados”. Este hecho ha propiciado que las fronteras entre el tiempo de trabajo y el tiempo de vida personal sean cada vez menores y se acaben mezclando ambos ”espacios”, con las correspondientes desventajas que representa el no tener diferenciada la vida personal de la laboral.
De este modo, la flexibilidad que es una de las principales ventajas del teletrabajo, puede volverse un factor en contra y hacer que en muchos casos, los teletrabajadores acaben extendiendo su jornada laboral por encima de lo recomendable.
Otro de los aspectos a los que conviene prestar especial atención desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales es la “invisibilidad” (a menudo, se convierten en trabajadores “no visibles” para la empresa) y “soledad” e incomunicación a la que se enfrentan en muchas ocasiones los trabajadores a distancia: la falta de comunicación verbal e interactuación con compañeros de trabajo puede causar determinados problemas en el ámbito de las relaciones sociales (aislamiento físico y social, sensación de soledad y en casos extremos, pueden llegar a desarrollarse patologías que puedan llevar incluso a la enfermedad).
Esta “soledad” a la que se enfrenta el teletrabajador también lo expone a otros peligros dado que la sensación de aislamiento puede llevar a:
•Mayor desmotivación: menor implicación en el trabajo.
•Aburrimiento.
•Incertidumbre, dado que a menudo tiene que tomar decisiones en solitario y gestionar de forma independiente el trabajo.
•Problemas de concentración.
•Enlentecimiento del trabajo ya que en algunos casos es fundamental trabajar en equipo y tener un feedback por parte de compañeros de trabajo.
Por último, cabe recordar que el teletrabajador se expone también a una serie de riesgos sobre la salud física que son más difíciles de controlar, ya que lo habitual es que desarrolle su trabajo sin ningún tipo de servicio de PRL que vele por su salud física y psicológica.
Por ejemplo en el plano físico uno de los mayores riesgos para la salud es el sedentarismo.
Además es habitual que el teletrabajo sea realizado en malas condiciones de tipo ergonómico lo que predispone a problemas del tipo:
•Sensación de fatiga, cefaleas, trastornos del sueño, trastornos digestivos
•Tensiones musculares, problemas respiratorios, vértigos etc..
•Tecnoestrés como consecuencia del uso de las TIC: Tecnoadición, Tecnoansiedad, Tecnofatiga, etc..
•Problemas musculoesqueléticos
En líneas generales, el teletrabajo es una opción beneficiosa para el trabajador, puesto que a priori, evita muchas situaciones de estrés a las que se enfrentan los trabajadores que desempeñan su labor en un centro de trabajo: cumplimiento de unos horarios, desplazamientos, comer fuera de casa, etc.., sin embargo, si no se incluye a los teletrabajadores dentro de los servicios de PRL de una empresa con el fin de formarlos, asesorarlos y ayudarles a evitar los posibles riesgos de esta forma de trabajar, las variables a priori positivas pueden convertirse en un auténtico peligro para la salud del trabajador.