Francisco Hortigüela
Director general de AMETIC.
El concepto de talento digital surge a raíz del auge en los últimos años de la digitalización y hace referencia a aquellas habilidades y conocimientos con las que cuentan los especialistas para desarrollar su labor profesional en el ámbito de las nuevas tecnologías. Un término que en su teoría engloba de igual forma a hombres y mujeres, pero vemos que no sucede lo mismo en la práctica. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman la escasa presencia femenina entre los perfiles digitales. Solo una de cada tres empresas de más de 10 empleados que cuentan con profesionales especializados en TIC tienen en plantilla mujeres especialistas en estas áreas.
Pero eso no es todo. Cuando miramos a los puestos de dirección en empresas digitales y buscamos perfiles que lideren las grandes compañías, apenas encontramos mujeres.
Es una realidad. La baja presencia de mujeres en sectores de tecnología avanzada explica los sesgos de género que afectan al sector y que dificultan que las nuevas generaciones se decanten por profesiones STEM. De ahí la importancia de visibilizar a las mujeres referentes de la industria digital, que ocupan altos cargos en empresas tecnológicas, para que las generaciones futuras crezcan sabiendo que su desarrollo en el mundo digital tiene futuro. Porque si no hay un incremento significativo del número de mujeres en el mercado laboral digital, los expertos auguran que no seremos capaces como sociedad de dar respuesta a la creciente demanda de estos puestos de trabajo en los próximos años.
A todo ello se suma el gap que observamos en los sistemas educativos más tradicionales. Normalmente, no terminan de preparar a los estudiantes y futuros profesionales para seguir el ritmo de los avances tecnológicos, ni les dotan de las habilidades requeridas para cubrir nuevos puestos de trabajo. La formación no es una opción, sino una necesidad para el futuro.
Sin duda, es crucial una revolución educativa para el trabajo del futuro, pero en cuanto al plano laboral, ¿qué pueden hacer las empresas para reducir la brecha de talento digital? Las compañías deben ser parte activa de esta transformación, tienen que ayudar a cultivar la cultura de la formación continua, empezando por establecer mejoras en las competencias de sus propias plantillas. Al fin y al cabo, las propias organizaciones son las que mejor conocen qué habilidades se necesitan y los profesionales deben incorporar esas competencias digitales como herramientas habituales de trabajo. Unas competencias digitales que deben ser transversales, como ya lo son los idiomas y el tejido empresarial juega un papel activo a la hora de desarrollarlas.
La formación no es una opción, sino una necesidad para el futuro
Además, es clave implantar una agenda de diversidad e inclusión en las organizaciones para garantizar que los entornos de trabajo incentiven la incorporación de las mujeres en posiciones digitalmente avanzadas. No se trata de un tema de capacidades o de falta de esfuerzo e interés, es un tema cultural. Conscientes de ello, algunas empresas ya apuestan por poner en marcha mapas de talento. O lo que es lo mismo, una especie de radiografía del momento que vive la organización y los profesionales y, a su vez, una hoja de ruta que funciona no solo a nivel individual, sino también organizativo, e indica el rumbo a seguir para la selección de profesionales y para el desarrollo de los que ya forman parte de la casa.
El reto está claro: hay una creciente necesidad del sector digital por apostar por el talento femenino, no podemos prescindir del 50% de la población. Sin embargo, este desafío también supone una oportunidad para la igualdad porque es innegable el potencial del talento digital como factor clave para reducir brechas generacionales, sociales, de género, geográficas y culturales. De hecho, los avances tecnológicos favorecen a muchos colectivos, pues gracias a la digitalización y la transformación es mucho más fácil incorporar a personas con capacidades diferentes al mercado laboral.
¿A qué esperamos para aprovecharlo? Empecemos a considerar esta brecha de talento digital como la oportunidad idónea para trabajar juntos y reducir las carencias en este ámbito.