Pregunta.- ¿Quién no tiene madera de líder nunca será un buen líder?
Milagros García.- Creo que el «líder no nace, se hace», defiendo que el liderazgo no es una habilidad natural, ya que todos podemos serlo si nos lo proponemos; depende, sobre todo, del desarrollo personal y de la actitud. El Liderazgo es accesible a cualquier persona que tenga el deseo de aprenderlo y tenga la voluntad para lograrlo. El saber ejercer como Líder normalmente se aprende a través de técnicas, que con la observación y la práctica podemos mejorarlas. El liderazgo es un conjunto de habilidades y competencias que pueden ser aprendidas, desarrolladas y entrenadas acudiendo a fuentes adecuadas.
El liderazgo para mí es mucho más que una habilidad directiva, es una responsabilidad para con uno mismo y con el entorno. Todos nacemos con algunos de los dones necesarios que requiere el liderazgo, aunque me di cuenta que algunas personas no acaban de desarrollarlos o necesitan un empujón para lograrlo y por eso, escribí mi libro: «tú puedes ser líder de ti mismo y de tu organización». Un manual para apoyar a las personas que quieran mejorar y ser líderes de su vida y de su organización. Resumiendo, podemos ser líderes, aunque también podemos dejar de serlo. Hay que saber desarrollar el liderazgo y hay que saber cuidarlo, no dejando de perder el foco en nuestro equipo y sus miembros.
P.- ¿Hay distintos tipos de liderazgo o un líder en sentido estricto tiene unas características concretas?
M.G.- Es cierto que cada líder tiene un estilo de liderazgo donde se siente más cómodo. Sin embargo, desde mi punto de vista, es vital que cada líder se adapte a cada persona o equipo que va a liderar. Teniendo en cuenta características como la cultura empresarial y valores de la compañía, el sentido de pertenencia del equipo, así como la forma de ser de sus miembros y sus necesidades o el nivel de madurez del equipo. No existe una única forma de liderazgo eficaz, sino que pueden encontrarse estilos de liderazgo diferentes, e igualmente exitosos, en función de la organización en la que estén.
Además, en mi libro hablo de 4 modelos distintos, de sus características y de dónde aplicarlos. Algunas características que considero importantes para ejercer el liderazgo independientemente del estilo que desarrollemos son: sentir ilusión y pasión, la lealtad, cuidado de los demás y del entorno, la innovación con imaginación, saber comunicarse, aceptar y afrontar el desafío, búsqueda constante de la excelencia, ser ejemplo y, además, el líder tiene que tener una alta autoestima, confianza en si mismo, sentir automotivación, tener una integridad natural, que se comprometa con responsabilidad…

P.- ¿Los aspectos éticos son imprescindibles para liderar bien? ¿Un mal líder es un líder?
M.G.- Una de mis frases es que «no se puede ser mejor líder que persona». Creo, sin lugar a duda, que para ejercer el Liderazgo es necesario la ética. Una ética que ayudará al líder a desarrollar organizaciones más responsables socialmente. De hecho, en mi libro, cuando hablo de la técnica de trabajo en equipo que fomenta la creatividad y la toma de decisiones dentro de un equipo, desarrollada por Edward de Bono, mi editor Pedro Molina de la editorial Liberman y yo hemos incluido un sombrero más que es el de la ética, que podría tener un color malva. Este sombrero representaría el pensamiento ético y moral para decidir correctamente. La ética aporta al Líder un pensamiento respetuoso con los demás, equitativo, honesto, íntegro y honrado. Le capacita en la búsqueda de la mejor decisión teniendo en cuenta la inteligencia social.
«No se puede ser mejor líder que persona»
Respecto a si un mal líder es un líder, desde mi humilde opinión la respuesta es no, ya que un mal líder impacta negativamente en el rendimiento y la productividad del equipo, con lo que fomentará una alta rotación de sus miembros. En España hay numerosos estudios que demuestran que más de un 70% de las personas que abandonan una empresa es por su jefe directo. Además, Jairo Pinilla, Director de Performia Colombia indica: «el costo de la rotación es más alto de lo que muchos creen, no solo implica el salario de la persona que se fue y todos los gastos asociados, también es la atención y el tiempo de quienes le entrenaron y seleccionaron, más todo lo que se dejó de producir. Si usted promedia todo, esto equivale a doce veces el salario de esa persona. Entonces, la empresa pierde mucho cuando un miembro de su equipo se va, y el problema es mayor si es muy productivo y se va a la competencia».
P.- ¿Es diferente la forma de liderar de hombres y mujeres?
M.G.- Históricamente, desde los primeros seres humanos que existieron en la Tierra, el hombre y la mujer desempeñaban roles diferentes con habilidades y cualidades diferentes. Por una parte, el hombre era quien iba a cazar, con una gran fortaleza y orientación clara a objetivos. La mujer, por su parte, se encargaba del cuidado de la tribu, favoreciendo su supervivencia. Diferentes estudios en las empresas de hoy, como los ya realizados por Julia Pérez-Cerezo y Nuria Chinchilla sobre mujeres empresarias en la China del s. XXI en 2007 revelaban que las mujeres occidentales líderes tenían un estilo más participativo, colaborativo y empático, frente al estilo occidental de liderazgo masculino que se mostraba más jerárquico, orientado a objetivos, dominante y competitivo.
P.- ¿Por qué hay tan pocas mujeres líderes en las grandes empresas?
M.G.- A partir de los estudios de Mary Nash en su artículo «Las mujeres en el mundo contemporáneo» en el siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, la situación de la mujer quedó limitada por una serie de restricciones e impedimentos que reducían sus horizontes culturales, políticos, laborales, sociales y personales. La condición social se caracterizó por la desigualdad política y educacional, la subordinación basada en la discriminación legal, la segregación ocupacional y la abierta discriminación en el ámbito laboral (que, a nuestro pesar, aún continúa en muchos países y empresas).
Las mujeres occidentales líderes tenían un estilo más participativo, colaborativo y empático, frente al estilo occidental de liderazgo masculino
La trayectoria de las mujeres quedó condicionada por un sistema de género que tenía como objetivo el fortalecimiento del predominio masculino, la división sexual del trabajo y la restricción de las actividades femeninas en el ámbito doméstico. Los mecanismos de control social formal mediante las leyes y los de signo informal mediante códigos culturales formulaban pautas sociales que marcaban una situación subalterna femenina y de poder masculino. El principal quehacer de las mujeres hasta los años 70 en España era ser madres y esposas, con lo que el desarrollo profesional no se daba, la mujer dependía del marido. Hoy en día el número de mujeres líderes va a aumentado y esto se debe entre otras causas porque:
- • Existe una mayor Igualdad entre hombres y mujeres. Las normativas sobre igualdad y mejora de oportunidades han impulsado este desarrollo. Desde 2007 las empresas con más de 250 trabajadores están obligadas a implementar políticas que favorezcan dicha igualdad y cada vez hay una mayor conciencia de igualdad de oportunidades entre ambos géneros.
- • Hay más mujeres capacitadas. Cada vez hay más mujeres preocupadas por su propio desarrollo profesional. Mujeres que se forman más allá de los estudios obligatorios, mujeres que buscan un mayor y mejor rendimiento, que se preocupan por un futuro profesional mejor.
- • Estilo directivo más interpersonal. Como dice Raquel Bonsfills: hoy no queremos que nos dirijan igual que hace 60 años porque la sociedad está cambiando. Queremos un estilo directivo más interpersonal que ponga en relieve el talento de las personas y que busque el bienestar de las personas en las organizaciones, lo que repercute en su productividad y en su compromiso.
- • Necesidad y superación. Muchas mujeres han salido al mercado laboral a raíz de las crisis para llevar sustento a sus familias. La necesidad nos lleva a progresar y hacer cosas que no esperábamos llegar a hacer, pero que nos muestra nuestra enorme capacidad para llevarlas a cabo. Esto genera una mayor confianza a la mujer para seguir consiguiendo cada vez más aquello que se proponga. También de ahí que haya muchas mujeres que decidan emprender por su cuenta y crear sus propias empresas.
Y estamos en el camino, en Madrid, por ejemplo, el 33 por ciento de las empresas tiene ya al menos una mujer en sus equipos directivos, por encima de la media de toda España. Y es que muchas mujeres han tomado las riendas de su desarrollo profesional, liderando su vida y sus organizaciones. Además, en el último año, el índice de empresas a nivel mundial que cuentan con al menos una mujer en su equipo directivo ha subido de un 66 a un 75 por ciento según datos del informe Grant Thornton. Y aunque queda mucho por hacer, España se encuentra en el puesto número 8 de entre los 34 países de la OCDE en cuanto a liderazgo femenino e igualdad de oportunidades se refiere, como así lo muestra el estudio I-WIL.
P.- ¿Qué es más importante contar con la formación técnica adecuada o tener otras características como el carisma, la capacidad de navegar en la incertidumbre y la visión estratégica de largo plazo?
M.G.- Es importante la formación técnica, que la persona tenga los conocimientos sobre lo que tiene que hacer para desarrollar un puesto de trabajo o una determinada tarea. Sin embargo, existen habilidades como las que indicas en la pregunta: el carisma, la capacidad de navegar en la incertidumbre y la visión estratégica de largo plazo que se pueden tener de base pero que también se pueden aprender, costarán más esfuerzo pero se pueden lograr. Lo ideal para ejercer el liderazgo sería una suma de Conocimientos: ¿Qué tiene que saber? + Habilidades: ¿Qué tiene que hacer? + Actitudes: ¿Cómo lo tiene que hacer?
P.- ¿Qué es liderarse a sí mismo?
M.G.- «Antes de ser líder, el éxito sólo se trata del crecimiento propio. Una vez que te vuelves un líder, el éxito se define por el crecimiento de otros», decía Jack Welch. Entiendo que un líder es aquel que logra extraer lo mejor de los demás, a partir de lo mejor de uno mismo. El autoliderazgo es la práctica de influir en uno mismo para lograr sus objetivos sobre sus: propios pensamientos, emociones y comportamientos. Algunas claves para poder liderar nuestra vida son: autoconocimiento, gestión emocional, ser productivos, trabajar la resiliencia, autodisciplina, automotivación, proactividad, conocer tu/s pasión/es…
P.- ¿Qué no debe olvidar un líder y qué no debe hacer nunca?
M.G.- Es importante que un líder no olvide en tratar a los miembros de su equipo de manera personalizada y para ello es necesario que les conozca para saber de qué manera inspirar y motivar a cada uno de ellos. Es decir, que tenga en cuenta las circunstancias personales, ya que cada persona a lo largo de su vida va teniendo unas necesidades diferentes que cubrir. Además, de tener en cuenta las circunstancias grupales para adaptar su liderazgo y de esta manera generar un entorno inspirador y retador.
Si vivimos en una sociedad donde lo que se estila es el personalizar servicios o productos para nuestros clientes. Es importante que a nuestro cliente interno, nuestros colaboradores, les demos ese trato diferencial para sacar lo mejor de cada uno. Un líder no se puede olvidar que las emociones se contagian, luego para un Líder es vital que sea emocionalmente inteligente y que no solo sea capaz de gestionar sus emociones, sino que tenga la habilidad de ayudar en la gestión emocional a los miembros de su equipo. Esto repercutirá positivamente en el bienestar del equipo y en su productividad. Un líder entre otras cosas no debe:
- • Comunicarse para criticar o ridiculizar a un miembro de su equipo.
- • Repartir tareas y responsabilidades basándose en sus preferencias, en lugar de tener en cuenta el desempeño de su colaborador.
- • El no reconocer el trabajo de su equipo.
- • Transmitir apatía o negatividad a su equipo.
- • No involucrarse en las tareas de su equipo.
- • Fomentar mal ambiente de trabajo.
P.- ¿Se puede hablar de liderazgo colectivo o siempre es individual?
M.G.- Hoy en día, las empresas y organizaciones pueden confiar en más de un líder para que guíe a todos hacia el éxito. Se necesitan líderes individuales, si saben liderar en equipo y mantener su liderazgo a largo plazo para conseguir el éxito de la empresa. El liderazgo colectivo en una organización suma, ya que permite situar el bien común por encima del individual. Además, hacer que más gente actúe como líder lo que logra es acentuar el liderazgo individual.
Creo en un liderazgo colectivo que ayude a que emerja la inteligencia de los demás, un liderazgo que trabaje una visión horizontal y que se aleje de la jerarquía, un liderazgo que gobierne con las preguntas y no con las respuestas, un liderazgo colectivo con el que será más fácil lograr grandes éxitos que hacerlo de forma aislada.
P.- ¿Qué personas considera modelos de liderazgo en los ámbitos social y empresarial?
M.G.- Para mí el líder de líderes es Jesús de Nazaret. Yo he modelado de él, entre otras cosas: su gallardía, su humildad, cómo enfrentar el miedo, su coherencia, su capacidad de aprender, la pasión… También me he inspirado en autores como Juan Carlos Cubeiro, es mi prologuista y es considerado uno de los mejores expertos españoles en desarrollo del talento, liderazgo y coaching para profesionales. He mejorado con él: mi capacidad de comunicarme, he aprendido de su sabiduría, de su expertise, de su excelencia y de sus ganas de saber y aprender más y más…
Otro modelo de liderazgo para mí es Sheryl Kara Sandberg es una economista, autora y directora ejecutiva estadounidense, actual directora operativa de Facebook y fundadora de Leanin.org. En 2012 apareció en la lista Time 100, la lista anual de las cien personas más influyentes del mundo, según la revista Time. He aprendido de ella que se puede tener éxito en la vida profesional y en la vida familiar, la adaptación al cambio, la innovación, capacidad de atreverse a innovar y hacer las cosas diferentes…
Mercedes de la Rosa
Redactora Jefe de Capital Humano