Según un estudio reciente de Mercer, la crisis sanitaria ha acelerado la tendencia hacia la flexibilización de las políticas de beneficios sociales para trabajadores. La pandemia del Covid-19 ha provocado un cambio en las necesidades y prioridades de los trabajadores y las empresas. Además, con la consiguiente crisis económica en la que se ha sumergido España, el estrés financiero de las familias ha aumentado y su salud financiera ha empeorado, haciendo que muchos trabajadores estén menos contentos y sean menos productivos.
Así, en este nuevo entorno empresarial, la flexibilidad laboral y la retribución flexible tienen un papel fundamental en la motivación, fidelización y mejora de la experiencia de los empleados.
La flexibilidad de los planes de beneficios de las empresas, se ha convertido en la prioridad para cualquier compañía que busque garantizar el bienestar de sus trabajadores y mejorar o mantener su compromiso. Con ello, pueden adaptarse de forma rápida a los cambios provocados por la pandemia y a las nueva realidad social y laboral que estamos viviendo en nuestro país los últimos meses.
El 49% de las empresas en España piensa reforzar sus políticas de conciliación debido a la situación actual provocada por la pandemia de covid-19
El estudio «Retos de las empresas españolas en la era covid-19» elaborado por Sodexo Beneficios e Incentivos, remarca que las empresas se han visto obligadas a adaptar su organización de trabajo, su comunicación interna y la disposición del espacio de sus oficinas ante la nueva realidad.
Los retos principales de las organizaciones han sido la conciliación, la transformación digital, las nuevas formas de trabajo, la adopción de nuevas medidas de seguridad, mitigar el estrés de la hiperconectividad e invertir y desarrollar el teletrabajo, que se ha convertido en la medida estrella. Pero, ¿qué pasa con la transformación de los beneficios sociales?
En tiempos de crisis, son los líderes de las empresas los que deben brillar, ya que detrás de ellos están los trabajadores, aquellos cuyos extraordinarios esfuerzos quedan ocultos para gran parte de la sociedad, pero que no pasan desapercibidos en las organizaciones en las que trabajan.
Por ejemplo, algunos empresarios están manteniendo los puestos de trabajo a pesar de que los datos económicos les indiquen que deberían hacer lo contrario; otros han reconvertido las cadenas productivas para poder donar materiales sanitarios; algunos realizan donativos para combatir la Covid-19; y muchos adaptan sus planes de beneficios para aumentar el compromiso y la seguridad de sus empleados. Por eso, esa adaptación de los planes de beneficios sociales de las empresas se han basado en recompensar a sus trabajadores.
La crisis sanitaria del Covid-19 ha obligado a muchas empresas a facilitar la flexibilidad horaria a sus trabajadores, una medida muy valorada sobre todo para las familias. Además, el hecho de favorecer la conciliación entre vida profesional y familiar incrementa la productividad y no tiene o tiene poco impacto económico en las organizaciones.
Esto ha hecho que muchos empleados hayan empezado a teletrabajar. Así, el 82% de las empresas españolas ya ofrecen esta opción, que ha venido para quedarse, puesto que la productividad de los trabajadores aumenta y la continuidad de esta modalidad de trabajo será buena tanto para la empresa como para los empleados.
Igualmente, la flexibilidad laboral es una de las grandes medidas para atraer y retener el talento, ya que la autonomía que se da a las personas facilita que éstas se sientan valoradas, aumentando su satisfacción y rendimiento.
Respecto a los sectores de gran consumo, logística y alimentación están recompensando a sus trabajadores con pluses y aumentos de salario, por el esfuerzo que realizan y han realizado durante los meses más duros de confinamiento.
Del mismo modo, facilitan cheques vacaciones e incrementan los días de vacaciones. Es decir, que premian a los empleados, lo que supone que éstos tengan más tiempo libre para compensar el que han dejado de dedicar a sus familiares y amigos durante los meses anteriores.
Por otro lado, la formación es otro de los beneficios sociales en los que se están invirtiendo fuertemente. Ahora más que nunca, los profesionales demandan y necesitan nuevas habilidades tanto técnicas como sociales para adaptarse al nuevo entorno laboral. De hecho, premiar a los trabajadores con programas formativos de calidad que les faciliten promocionar en sus empresas, es un reconocimiento también muy valorado.
Actualización de los planes de beneficios
La crisis del coronavirus está demostrando la necesidad que tienen las empresas de adaptar y actualizar sus estrategias y políticas de beneficios al entorno actual. Así pues, el salario emocional permite generar atracción, motivación y fidelización de trabajadores, con el objetivo de mejorar el engagement a través de la conciliación laboral, el bienestar psicológico y oportunidades de desarrollo.
Estas nuevas necesidades de las organizaciones y empleados han provocado que la modalidad de retribución del salario bajo demanda llegue para quedarse. Así, este tipo de salario permite que los trabajadores cobren al día la parte del salario que ya han devengado, en vez de cobrar todo a final de mes. Y son muchas las ventajas que ofrece:
Gran parte de los españoles sufren de estrés financiero, ya que el coste de la vida es elevado —sobre todo en las grandes ciudades— y los sueldos son bastante ajustados en nuestro país.
Es por ello por lo que la posibilidad de cobrar con antelación favorece el bienestar de los trabajadores, en tanto que no tendrán que preocuparse por los imprevistos. Unido a esto, si se les ofrece facilidades económicas, no tendrán la necesidad de cambiar de trabajo, por lo que no solo ayuda a retener a los mejores, sino que también es beneficioso para atraer a los mejores perfiles profesionales.