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Entrevista a Gary Friedman (Universidad de Harvard)

«La mediación permite unir a las personas en lugar de enfocarse en sus diferencias»

Marcelino Abad

Editor jefe de Capital Humano

Capital Humano, Nº 392, Sección Crecimiento profesional / Entrevista, Diciembre 2023, CISS

Portada

Gary Friedman lleva ejerciendo la mediación desde 1976 y enseñando esta forma de resolución de conflictos alternativa a la vía judicial desde 1980. Cofundador del Center for Understanding in Conflict, ha enseñado a mediar a abogados, jueces y profesores de derecho a través de cursos que también ha impartido en las Facultades de Derecho de universidades como la de Stanford o la de Harvard. Considerado uno de los padres de la mediación en Estados Unidos, es entrevistado por Capital Humano a propósito de su visita a España, donde ha sido protagonista de una mesa redonda sobre mediación empresarial organizada por el despacho Ius+Aequitas Trial Lawyers. Según dice, esta herramienta es de utilidad para solventar los conflictos laborales que puedan darse en las organizaciones empresariales, «sin que se hagan públicos y se extiendan a otras personas», y haciendo que los profesionales «sientan que las relaciones que entablan son importantes» para las compañías.

¿Qué lleva a un abogado como usted a hacerse mediador, teniendo en cuenta que ambas profesiones conciben el conflicto desde lados opuestos?

Hace 45 años, decidí dejar mi carrera como abogado litigante en busca de una forma diferente de ayudar a las personas. Tras una profunda búsqueda espiritual, descubrí que la abogacía era parte de mí y que quería honrar esa vocación de una manera más significativa. Junto con otros que compartían mi visión, exploramos la idea de que quizás el sistema de litigios tradicional no era el único camino. Comencé a practicar la mediación, una disciplina que en ese momento era poco conocida. La mediación me permitió ver los conflictos desde una perspectiva neutral y ayudar a unir a las partes en lugar de enfocarme en sus diferencias. Esta experiencia transformadora me llevó a enseñar mediación, y lo he incorporado en mi vida cotidiana. Muchos abogados comparten el deseo de encontrar formas alternativas de ayudar a las personas. Mi enseñanza se ha convertido en una opción atractiva para aquellos que buscan una práctica más centrada en la resolución y no en la confrontación.

En España, tradicionalmente los abogados han recelado de la mediación, ya fuera por miedo a hacerles perder negocio, por considerarla una «pérdida de tiempo», etc. ¿Cuál es su visión?

En Estados Unidos, al igual que en España, la cultura del litigio es predominante. Sin embargo, la mediación se ha convertido en una alternativa valiosa a lo largo del tiempo. En California, los abogados desalentaban inicialmente la mediación, pero, con el tiempo, reconocieron sus beneficios. Ahora, la mediación es parte de la cultura legal y es obligatoria en muchos casos.

Sin embargo, a veces se ha presionado demasiado a las partes para llegar a un acuerdo en mediación, lo que va en contra de su propósito original de voluntariedad. Es importante reconocer que la cultura de la mediación coexiste de manera productiva con la cultura del litigio como una alternativa. No se trata de reemplazar el sistema judicial, sino de ofrecer una opción para las partes.

La cuestión central no es si mediar o litigar, sino quién toma las decisiones. La mediación permite a las partes involucrarse en la toma de decisiones, mientras que el litigio a menudo implica que los abogados toman el control. La elección entre mediación y litigio se basa en quién quieres que dirija el proceso de resolución de conflictos: ¿tus abogados o tú como parte involucrada? ¿Quieres que lo hagan los abogados o quieres participar en la toma de decisiones junto con la persona o la organización con la que tienes el problema?

Entonces, ¿es preferible un mal acuerdo de mediación o un buen juicio?

La mediación es una valiosa alternativa a los litigios, ya que reconoce la importancia de las emociones en la toma de decisiones tanto para empresas como para individuos. Durante la mediación, se abordan no solo aspectos legales, sino también el sentido de justicia y las relaciones personales. Se promueve la participación de las partes involucradas en la búsqueda de soluciones, lo que les da un sentido de empoderamiento y les permite abordar los intereses subyacentes en las disputas, más allá del dinero. El objetivo es encontrar un acuerdo que beneficie a ambas partes, evitando los costos y recursos de un proceso judicial. La mediación se centra en el diálogo y la búsqueda de soluciones creativas en lugar de una división simple de recursos. En EE.UU. hay un concepto clave que es el tiempo invertido por los ejecutivos en pasar por las diligencias judiciales. Es tiempo que podría ser más productivo si es puesto en el negocio en lugar de ser desviado.

¿Los departamentos de Recursos Humanos deberían contar con esta herramienta de forma interna?

Sí. Ahora hay empresas multinacionales que están desarrollando en España, Estados Unidos y en otros países del mundo culturas empresariales en las que hay mediación, en las que se forma a la gente en mediación, especialmente en conflictos internos de la empresa. Es muy importante que se quiera conservar a los empleados, que se les quiera ofrecer un mecanismo mediante el cual puedan solucionar sus conflictos y que sientan que las relaciones que entablan son importantes. No es bueno que las personas que forman parte de la empresa estén realmente enfadadas entre sí y tengan que solucionar sus problemas a través de litigios. Para que la empresa anime a la gente y proporcione métodos de solución, nosotros tenemos programas de capacitación en nuestra organización, el Centro para el Entendimiento y el Conflicto. Hacemos capacitaciones a grandes empresas y a otras. Tenemos mediadores a los que los llamamos «mediadores de la gente», cuyo trabajo consiste en ayudar a los trabajadores a resolver las disputas sin que se hagan públicas y sin que se extiendan a otras personas de la organización, de forma tal que socaven el buen espíritu que las empresas quieren promover.

¿Cómo se aborda el odio y el perdón en un proceso de mediación?

Cuando hablamos de poder en el contexto de la mediación, es importante desafiar la noción convencional que asocia el poder con la coerción. A menudo se tiende a pensar en el poder como la capacidad de obtener una orden judicial que pueda enviar a alguien a la cárcel o imponer decisiones a voluntad. Sin embargo, la verdadera resolución de conflictos va más allá de la mera imposición y aborda cuestiones a nivel personal y emocional, que son esenciales para el entendimiento y la reconciliación.

Aquí es donde entra en juego lo que denominamos el «Modelo de la Comprensión», un enfoque menos convencional en el campo de la mediación, pero no menos poderoso. En este modelo, la mediación no se basa en la autoridad o en el control, sino en la comprensión mutua y el diálogo significativo entre las partes involucradas en el conflicto. En lugar de imponer soluciones, este enfoque se centra en hacer preguntas a los participantes, explorando sus perspectivas, motivaciones y deseos.

Una de las premisas fundamentales del «Modelo de la Comprensión» es que las personas suelen tener razones legítimas para querer resolver sus conflictos de manera pacífica. Se reconoce que tanto la víctima como el victimario acumulan emociones negativas como la ira, el disgusto y el odio como resultado del conflicto, y estas emociones pueden tener un costo humano significativo. La mediación proporciona un espacio donde las personas pueden expresar sus sentimientos y preocupaciones de manera segura, sin sentirse coaccionadas ni forzadas a aceptar una solución en contra de su voluntad.

Es importante destacar que la participación en procesos de reconciliación debe ser completamente voluntaria. La clave radica en permitir a las personas tomar decisiones informadas y conscientes sobre su participación en la mediación. No se trata de imponer la obligación de participar, sino de brindar la oportunidad para aquellos que genuinamente desean resolver sus diferencias de manera constructiva. Cuando las personas eligen participar en la mediación de manera libre y voluntaria, ocurren transformaciones significativas.

Una recomendación que suela hacerle a sus alumnos

Mi recomendación es que la gente no desperdicie su vida haciendo cosas que no quiera hacer. Todos deberíamos encontrar un trabajo para nosotros y ayudar a hacer del mundo un lugar mejor, así que si es la mediación lo que está en tu corazón y sientes que estás llamado a hacerlo, deberías hacerlo. También puedes litigar de esa manera. No se trata de que la mediación sea para los buenos y los litigios para los malos. Creo que la recomendación es que la gente siga su propio corazón y sea capaz de utilizar lo que le guíe para mirarse en el espejo y decir: ¿estoy haciendo del mundo un lugar mejor? Y si no lo estoy haciendo, voy a tener que encontrar la manera de hacerlo porque si no lo hago va a ser mucho más difícil vivir conmigo mismo.