Granadina de nacimiento y corazón, Encarnación Rute Berbel lleva más de 25 años trabajando en el ámbito directivo y de Recursos Humanos. Su amor por la tierra tiene mucho de lorquiano, y no solo por la obra del poeta, sino porque su abuelo trabajó para el padre de Federico García Lorca. La mamá de Vega y Diego confiesa que «disfrutar del camino e inspirar en el propósito más allá de las tareas del día a día» es su hito profesional más destacado. Desde hace unos meses ha emprendido una nueva etapa como Chief People Officer en WiZink Bank, tras haber sido directora de Recursos Humanos para España y Portugal en Intrum o CHRO en la multinacional Pullmantur Cruceros. Para ella, «el café debe ser un momento de compartir y conversar». Con una taza en mano, se somete cortésmente al tercer grado de Capital Humano.
Pregunta (P).- Defínase en una sola frase
Soy una persona inquieta y creativa, a la que le gusta estar rodeada de personas con energía positiva.
P.- ¿Qué cualidad admira más en las personas?
La inteligencia, la innovación y el sentido del humor.
P.- ¿Qué defecto no se debería permitir nunca un directivo?
La falta de honestidad y empatía.
P.- ¿Cuál es su actividad profesional favorita?
Me gusta liderar proyectos multidisciplinares en los colaboren varios equipos y que tengan un impacto tangible en resultados y productividad.
P.- ¿Tiene alguna asignatura pendiente?
El japonés. Estuve estudiando Sociología Japonesa e Historia de Japón en la Universidad de Sophia, en Tokio, y me gustaría algún día poder hacerlo en el idioma del país.
P.- ¿Cuál es su aspiración profesional?
Conseguir que se hable más de personas y talento en los Consejos de Administración.
P.- ¿Cómo definiría el liderazgo?
Tiene que ver con la generosidad y el saber estar; con no sucumbir ante provocaciones, no incidir en las derrotas, agradecer el esfuerzo independientemente del resultado; con reconocer los fracasos propios y los logros de los demás, no rehuir las conversaciones más complejas. En resumen, una serie de cualidades que guían, inspiran y capacitan a los demás para lograr objetivos comunes.
P.- ¿Se compromete con los proyectos o con las personas?
Ambos. Las personas son mi proyecto.
P.- ¿Cual es su libro/autor (profesional) favorito?
«The Human Equation: Building Profits by Putting People First», de Jeffrey Pfeffer.
P.- Una novela, una obra, un artista
«La casa de Bernarda Alba», de Federico García Lorca. Nacimos en casas contiguas y entiendo a la perfección lo que quería transmitir con su obra. Mi abuelo, además, trabajó para su padre.
P.- ¿A qué persona admira en su vida profesional?
A los líderes que se cuestionan el status quo e impulsan el cambio.
P.- ¿Qué personalidad de cualquier ámbito considera un referente ético?
Todos aquellos que aportaron avances a la humanidad y no sucumbieron a la incomprensión de su propósito.
P.- ¿Puede indicar una empresa o institución como modelo a seguir?
Unicef y Banco de Alimentos.
P.- ¿Está satisfecho de su equilibrio personal/profesional?
Ahí vamos…intentando sobre todo no pensar en lo profesional durante lo personal y viceversa.
P.- ¿A qué dedica su tiempo libre?
Una hora de cada día de la semana es para hacer deporte. Lo necesito para compensar las horas sentada en la oficina y despejar la mente. No lo hago con esfuerzo, al contrario, el día que no puedo siento que me falta energía.
P.- ¿A qué tiene miedo?
A la monotonía, a la soledad no buscada y a la enfermedad
P.- Cite una idea o una iniciativa que haya impactado en su trayectoria vital
He tenido la oportunidad de conocer distintos lugares del mundo. Creo que esa exposición a diferentes culturas ha incidido muy positivamente en mi perspectiva de la vida, tanto personal como profesional
P.- ¿De qué está profundamente satisfecho?
De tener un plan B para los reveses y los «noes» que he ido encontrando. También, de ser valiente.
P.- Un sueño
Sueño con vivir de nuevo cerca del mar y poder tener más tiempo libre para cultivar cuerpo y mente y disfrutarlo con la familia y amigos.
P.- ¿Cómo toma el café?
El café debe ser un momento de compartir y conversar. No me gusta el concepto de café para llevar.