Virginia Carcedo
Secretaria general de Fundación ONCE e Inserta Empleo
Directora de Transformación, Excelencia e Igualdad de Fundación ONCE
Un año más, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, las mujeres que tenemos discapacidad nos vemos en la necesidad de alzar la voz para reclamar mejoras en una situación laboral que nos discrimina. Y lo hace, en primer lugar, porque nuestro salario medio es de 20.193 euros, un 13 por ciento inferior al de las mujeres sin discapacidad, que asciende a 23.255, según los datos de la Encuesta Anual de Estructura Salarial 2021, última actualización del INE en esta materia, de acuerdo con los datos recogidos por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE, Odismet.
Tal y como refleja la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia, EDAD 2020, contamos con una tasa de actividad del 35,3%, una tasa de empleo del 27,1% y de paro del 23%, es decir, 37,5 puntos menos que la actividad mostrada por las mujeres sin discapacidad, 33,6 puntos menos en su tasa de empleo y hasta 6,3 puntos más de paro
Y aunque el 58,6% de las personas con discapacidad en España somos mujeres, la contratación de mujeres con discapacidad es 20 puntos inferior a la de nuestros homólogos varones, según datos del Informe Anual del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad, del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Tal y como señalan los datos del empleo de las personas con discapacidad del INE, la relación de las mujeres con discapacidad y el mercado de trabajo está marcada por su alto porcentaje de inactividad (un 65,4%), 2,2 veces superior al de las mujeres sin discapacidad. Asimismo, entre las mujeres con discapacidad hay diferencias que acentúan sus dificultades laborales, como en el caso de las más jóvenes, cuya contratación representa solo el 6,8% (frente al 8.4% para varones o el 20% entre las mujeres jóvenes a nivel de población general).
Las cifras apuntadas ponen de manifiesto la múltiple discriminación que sufrimos las mujeres con discapacidad, cuestión que, por una parte, nos pone en una difícil situación en el mercado laboral y, por otra, cuando lo conseguimos, lo hacemos en desigualdad de condiciones.
En Fundación ONCE e Inserta Empleo seguimos trabajando para que las mujeres con discapacidad ocupen el lugar que merecen en el mercado de trabajo y tengan la oportunidad de demostrar su valía, que es mucha. La reciente modificación del artículo 49 de la Constitución hace hincapié en la protección de las mujeres con discapacidad. Cierto es que hemos ido ganando un terreno que era nuestro por derecho, pero también lo es que las mujeres con discapacidad tenemos más temas pendientes. Para resolverlos, necesitamos el apoyo de quienes tienen que contratarnos. A buen seguro, no se arrepentirán de hacerlo.
Concluyo con una reflexión inspirada en la sabiduría japonesa: «Caer siete veces, levantarse ocho». Este proverbio encapsula la esencia de la resiliencia y la perseverancia. En el contexto de las mujeres con discapacidad, nos recuerda la importancia de continuar luchando por la igualdad, la inclusión y el reconocimiento de su valioso aporte al mundo laboral y a la sociedad en su conjunto. La determinación de levantarse ante cada obstáculo es una llamada a la acción para todos, para construir un futuro más inclusivo y equitativo.