Es especialmente en estos periodos de incertidumbre económica, social y sanitaria, cuantas más ocasiones de vernos abrumados podemos experimentar. Son muchos los profesionales que se ven a sí mismos confusos y vacilantes al tener que enfrentarse con un enemigo que toma formas tan diferentes como la adversidad.
«El mundo de la relación debe adquirir cada vez un papel más importante. Sólo a través de la relación conseguiremos un posicionamiento diferente con nuestro entorno, clientes y empleados, avanzando hacia un mayor compromiso» (López, 2009).
Valderrama(2020)establecía, en el primero de esta serie de artículos dedicados a la exposición de las competencias adoptadas por la EMCC, como «El comprenderse a uno mismo» se convierte en el basamento del resto de comportamientos requeridos para la praxis del mentoring y el coaching.
Se hace imprescindible el diálogo interior, la capacidad de autoafirmación e introspección, es decir una genuina relación con uno mismo de cara a establecer una relación auténtica y de ayuda con el «otro». Lo interpersonal no puede ser desligado de lo intrapersonal, sino que se encuentran en mutua interacción.
En la medida en que a uno le cuesta aceptarse, le costará aceptar a los demás. En la aceptación del propio estilo reside el núcleo central del cambio. Cuando un directivo nos consulta y comienza con un proceso de coaching, viene movido por el deseo de ser diferente, sin embargo, este mismo deseo es la fuente de conflicto. La paradoja del cambio es que éste solo se produce cuando prescindimos de nuestros intentos por ser algo que realmente no somos. (López,2009, p.44)
Desde estos principios, pasamos a abordar la cuarta de las competencias definidas por la EMCC: Construir la Relación
Construye hábilmente y mantiene una relación efectiva con el cliente, y en su caso, con el patrocinador
Desarrollar esta competencia es abordar la comunicación interpersonal. Profundizar en sus raíces, es navegar entre una ingente cantidad de modelos, teorías, y autores. Muchos de ellos procedentes de las escuelas del Desarrollo Organizacional, entre otros, Bennis, Argyris, Schein. Otros muchos, los grandes defensores del punto de vista intrapersonal o humanístico, cuyo más reconocido representante es Carl Rogers.
Si hablamos de comunicación no podemos dejar de nombrar a Paul Watzlawick y la Escuela de Palo Alto. Nos centraremos a partir de ahora en estas dos últimas escuelas.
Relacionarnos es comunicarnos
Paul Watzlawick, psicólogo y uno de los mayores representantes de la Escuela de Palo Alto, con la publicación de su libro, Teoría de la comunicación (1969) marcará una nueva forma de entender la comunicación humana y por ende la interacción. Sus propuestas o leyes cambian radicalmente la manera en que hasta entonces se entendían los modelos de comunicación.
El primer axioma de Watzlawick es el que más impacto puede tener en la creación de una relación eficaz con nuestro interlocutor. Viene a decir que, no existe la no comunicación.
Watzlawick(2014)lo explica así «Actividad o inactividad, palabras o silencio tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y, por ende, también comunican». (P. 21)
Como es imposible no comunicar, cualquier conducta que tengamos es susceptible de ser interpretada de una u otra manera. El no tener conciencia de esto puede provocar malentendidos por ambas partes, la práctica del coaching o el mentoring es una actividad humana y como tal está sujeta a este axioma. Comprender esto en el otro y en nosotros mismos puede allanar y en mucho la creación de una relación eficaz.
El siguiente axioma de este autor es aun más interesante y de fuerte impacto en las relaciones humanas.
Watzlawick (2014) afirma que «Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo clarifica al primero y es, por ende, una metacomunicación». (P.31)
La relación emocional que seamos capaces de generar con el «otro» puede llegar a ser mucho más importante que el contenido de nuestros mensajes. De ello se desprende que un factor crítico es la relación afectiva y genuina que se establece con el interlocutor.
Actitudes y destrezas. Aprendizaje y medición
Una lectura detallada de los «Indicadores de capacidad», conectados con la competencia objeto de este artículo nos lleva necesariamente a los conceptos de realización y creencia en el desarrollo del potencial humano siempre que se den unas determinadas circunstancias.
El movimiento humanista o del potencial humano emergió en la costa oeste de los Estados Unidos. Sus más conocidos representantes son repetidamente nombrados en libros y artículos relacionados con el coaching, el desarrollo y crecimiento personal, Carl Rogers, Abraham Maslow y Fritz Perls.
Esta visión de la naturaleza humana ha calado en los procesos de coaching para el desarrollo del potencial y son parte del entrenamiento en esta capacidad las cualidades y actitudes definidas por Rogers:
- • Ser congruente, genuino.
- • Aceptación incondicional.
- • Empatía.
Tanto en mentoring como en coaching la relación eficaz comienza cuando la persona nos habla de algún tema específico o un dilema donde está actualmente atascado. Es aquí donde el uso de las destrezas de escucha activa y empática consigue altos resultados.
Discípulo y seguidor de Rogers, Robert Carkhuff(1966)crea un modelo a partir de los elementos definidos por Rogers y dando un paso más para entrenar a diferentes profesionales de ayuda.
«Crecemos cuando se expanden las dimensiones humanas. Nuestros recursos son desarrollados en el proceso de desarrollar los de otros. Nuestra comunicación se mejora cuando ayudamos a otros a mejorar la suya». Carkhuff, (1981 citado en Alemany,1982).
Algunas de las destrezas del modelo de Carkhufp:
- — Concreción; se invita a la persona a ser lo más específico posible, no como un interrogatorio. Se trata de que la persona sea consciente de todas las implicaciones en términos globales.
- — Empatía; el esfuerzo que realiza el coach en mostrar el sentimiento o la emoción que subyace al contenido. Aquello que se pueda expresar con las propias palabras, el resultado sería «Si, alguien al fin sabe de qué estoy hablando».
- — Confrontación; no en el sentido de enfrentar ni de provocar algún tipo de conflicto. Confrontación significa obtener las discrepancias existentes entre lo que la persona dice y hace.
- — Respeto; mostrar respecto y admiración por las cualidades y el potencial que realmente posee la persona.
Por último, ofrezco una síntesis de dos modelos en la creación de la relación:
Figura 1 Modelo MOS®
Figura 2 Modelo 3C®
Referencias
Lopez,J.J. Executive Coaching. Cambio Financiero no 14 julio-agosto 2009.
Alemany, C. (1982) Evaluación del entrenamiento en destrezas interpersonales del modelo Carkhuff. Universidad Complutense, Madrid
Valderrama, B. El Marco de Competencias de EMCC: Comprenderse uno mismo. Capital Humano No 352, Abril, 2020
Watzlawick,P. (2014)No es posible no comunicar (Spanish Edition) . Herder Editorial. Edición de Kindle.