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La transformación de las oficinas para atraer y cultivar talento

Redacción de Capital Humano

Capital Humano, Nº 400, Sección Crecimiento profesional / Artículos, Septiembre 2024, CISS

A los nuevos lugares de trabajo no solo se les pide una correcta iluminación, muebles ergonómicos, buena conectividad o espacio de reuniones. En su propia evolución se han convertido en oficinas vivas que han de impulsar la innovación, atender la salud mental y el bienestar de las personas, además de dar respuesta a los retos que plantean los nuevos modelos organizativos. En este artículo, exploramos el nuevo modelo de oficina que se está implantando en nuestro país.

Portada

María Calvo

Directora de Workspaces-Impact Hub

El equipo humano es la base de la competitividad de una organización y su principal activo. En contextos como el actual, de cambios rápidos y exponenciales en entorno y tecnología, uno de los grandes desafíos de las organizaciones es captar y retener al mejor talento. Y no siempre resulta fácil, sobre todo si buscamos profesionales muy especializados. La competencia en el mercado laboral es grande y en un mundo globalizado y digitalizado la posibilidad de trabajar para empresas que se encuentran a miles de kilómetros nos obliga a diseñar propuestas de valor para los equipos que diferencien su experiencia de manera tangible y superen sus expectativas.

No podemos obviar que el salario es un factor fundamental. A igualdad de condiciones, se convierte en el factor clave de atracción de talento, cuando no de retención. Pero es en esas condiciones donde cada vez más está el principal atractivo laboral. Por ejemplo, un empleo híbrido, con la posibilidad de trabajar algunos días de la semana en remoto, es más apetecible que otro que exige un 100% de presencialidad. Tener flexibilidad horaria para poder gestionar la jornada de acuerdo con tus circunstancias facilita la conciliación personal y profesional y es algo muy valorado. Y que la oficina se ubique en un lugar de fácil acceso, al que se pueda llegar mediante transporte público, es otro punto a favor. Sin olvidar todas las opciones de beneficios no salariales, que permiten adaptar la propuesta a las necesidades de cada persona.

Pero hay dos aspectos que están ganando cada vez más peso como armas de captación y retención de talento y que están totalmente conectados: cuidar el espacio de trabajo y el bienestar físico y mental de los equipos.

Regreso a la presencialidad

Es una evidencia que la pandemia aceleró y generalizó el teletrabajo. Pero hoy, con ella ya a nuestra espalda, muchas empresas están imponiendo el regreso a la presencialidad, algo que encuentra las reticencias de muchos empleados. Ofrecerles un lugar de trabajo apetecible es esencial para conseguir que la vuelta a la oficina sea positiva y mantener su motivación; un lugar de trabajo al que quieran ir.

En ese proceso de retorno se está produciendo también una transformación del modelo de oficina. Muchas empresas han reducido sus metros cuadrados, y otras han encontrado en los espacios de coworking la solución flexible a sus necesidades. De hecho, en nuestra red hemos detectado claramente un cambio en los perfiles de usuarios, que han pasado de ser emprendedores, autónomos y pequeñas startups a incluir también a pymes, grandes empresas (algunas, incluso, han puesto en marcha sus propios espacios, externalizando su gestión) e incluso fundaciones.

A los nuevos lugares de trabajo no solo se les pide una correcta iluminación, muebles ergonómicos, buena conectividad o espacio de reuniones. En su propia evolución se han convertido en oficinas vivas que han de impulsar la innovación, atender la salud mental y el bienestar de las personas, además de dar respuesta a los retos que plantean los nuevos modelos organizativos.

Tienen que ofrecer flexibilidad para adaptarse a las fluctuaciones de los equipos, y tecnología para gestionar los nuevos modelos de trabajo. Pero no basta con que sean funcionales. También han de ser contenedores y agitadores de experiencias, proporcionar un entorno estimulante que refuerce la cultura corporativa, que facilite la atracción de talento y, además, tener una gestión más sostenible. Estos son los elementos que debe reunir la oficina del futuro.

El factor humano, esencial

Las personas somos seres emocionales, y el lugar de trabajo provoca en nosotros emociones que afectan directamente a nuestra productividad, a la calidad de nuestro trabajo e, incluso, a nuestra creatividad e innovación. Además, somos seres sociales, por lo que la conexión con otras personas, saberse parte de un ecosistema y trabajar en un entorno colaborativo puede resultar muy motivador y estimulante. Este ingrediente puede transformar el imperativo de ir a la oficina en la voluntad personal de hacerlo porque allí «ocurren cosas».

En realidad, podríamos decir que lo que realmente han cambiado no son las oficinas, sino las personas. Por eso, las empresas deben adaptarlas a las nuevas realidades sociales y emocionales. Antes un empleado podía asumir que el trabajo era solo eso, trabajo, y bastaba con tener una mesa con una silla y un ordenador para desempeñar su responsabilidad. Ahora no. Ahora sentirnos bien es fundamental. Y las empresas han entendido que deben poner a las personas en el centro de sus decisiones. Cuidar, escuchar, entender y valorar a las personas para que, a su vez, estas puedan extraer todo su potencial al servicio de la organización.

Por eso, los espacios se han abierto para buscar la luz natural, rincones con alguna zona de relax, con sillones donde poder mantener una conversación informal, un área de cocina donde prepararse un café, tomar una fruta o comer si preferimos no hacerlo fuera… La decoración es importante, que sea capaz de crear una atmósfera atractiva, contar con espacios donde coincidir con otros miembros del equipo, o de otros equipos, o de otras empresas, si estamos en un coworking. O donde buscar las ideas, la inspiración, la colaboración, las sinergias y el enriquecimiento personal.

Los espacios de trabajo tienen que respirar la marca y la cultura corporativa, ya que son una de las principales representaciones del propósito de una empresa, de los valores que cuida y que promueve. Si la empresa busca el engagement de sus equipos y la transversalidad, los espacios tienen que ser capaces de fomentarlos. Y si la compañía ha elegido un espacio de coworking, este tiene que estar también alineado con sus principios y valores, ya que eso puede suponer un potente impulso a su actividad. Hemos iniciado un camino en el que se estrecha la colaboración entre las empresas y los operadores de oficinas y coworkings para diseñar soluciones a medida que integren los requisitos de funcionalidad, talento, experiencia y sostenibilidad.

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