La situación de contexto actual invita a los profesionales a pensar más a fondo acerca de cómo se sienten en sus entornos laborales. Muchos pensarán que su desempeño es una gran satisfacción; pero no pocos notarán que éste constituye un factor negativo en sus vidas. Tal y como explica M.ª Jesús Álava Reyes, presidenta de Apertia Consulting y de la Fundación María Jesús Álava Reyes, directora del Centro de Psicología Álava Reyes y del Instituto de Bienestar Psicológico y Social, las circunstancias dramáticas que se experimentan en algunos casos hacen que el trabajador ponga el foco en no perder su empleo y olvide la necesidad de encontrarse bien en su desempeño profesional.
A este hecho se añade que las compañías también están luchando por su supervivencia, intentando alcanzar la rentabilidad y con modelos de negocio flexibles que se adapten a las nuevas demandas del mercado. «La actitud con la que afrontemos el trabajo determinará en gran medida nuestras posibilidades de sentirnos bien, o de que se convierta en un sufrimiento difícilmente mantenible en el tiempo», expresa Álava Reyes.
Álava Reyes, presidenta de Apertia Consulting.
El trabajo repercute en la vida de una forma determinante. Según datos aportados por la experta, procedentes de un metaanálisis sobre 223 estudios en diferentes países con más de 29.400 personas, el trabajo puede determinar la satisfacción vital y la felicidad hasta en un 15%. «Dicho de otra forma, si accionamos las palancas adecuadas en el trabajo, podemos mejorar hasta un 15% la felicidad de los empleados». Según estudios del Centro de Psicología Álava Reyes, las competencias emocionales y la forma en la que los empleados afrontan las dificultades y el estrés pueden mitigar los efectos de un mal estilo de liderazgo y de los principales agentes tóxicos en el trabajo. «El trabajo puede ser salud o enfermedad, ello dependerá de la valentía de las organizaciones empresariales que crean en sus profesionales, o de la miopía de las que no sean capaces de darles el valor esencial que tienen».
«Si accionamos las palancas adecuadas en el trabajo, podemos mejorar hasta un 15% la felicidad de los empleados»
EL TRABAJO COMO ENFERMEDAD
Según el mencionado metaanálisis, el trabajo es la causa del 10% del malestar de las personas; y tal y como se desprende del estudio, el trabajo se encuentra en el origen de hasta el 40% de los problemas que causan sufrimiento en las personas. La experta considera que la falta de conocimiento y de conciencia acerca del impacto de las enfermedades mentales en el entorno laboral es una de las causas que conducen a que esta problemática no se afronte de manera adecuada en las empresas; la mala organización del trabajo es otro de los factores que influye en negativo de manera determinante.
No es lo mismo una responsabilidad que otra a la hora de analizar la vulnerabilidad de los empleados. Según Álava Reyes, las personas que trabajan en atención al público son las más afectadas; por su parte, los mandos intermedios son hasta un 10% más vulnerables que la alta dirección y los perfiles técnicos. Y, en lo que respecta al tamaño de las organizaciones, son aquellas que tienen entre 100 y 1.000 trabajadores las más vulnerables.
UN MAL ESTILO DE LIDERAZGO FAVORECE LA ENFERMEDAD EN LAS COMPAÑÍAS
Entre los factores que repercuten en la enfermedad dentro de las empresas, el mal liderazgo es uno de ellos. Según destaca la directora de Apertia Consulting: «Los malos líderes no escuchan, se desvinculan de la realidad y toman decisiones basadas en favoritismos, generando tensiones innecesarias y creando un malestar muy perjudicial para los trabajadores». Además, las relaciones tóxicas entre compañeros ejercen una notable influencia y, según la experta, pese a que a veces se conocen desde la dirección, éstas no se atajan de manera adecuada.
Por su parte, la «deshumanización» es otro de los factores que comenta Reyes, en aquellas situaciones en las que las compañías «tratan como a un número a los trabajadores». La falta de escucha, la deficiente Comunicación Interna, y las «medidas artificiales» importadas de otras culturas para mejorar la salud, «pero en el fondo con resultados adversos», son otros de los factores importantes a la hora de analizar la enfermedad en el seno de las organizaciones.
CLAVES PARA POTENCIAR LA SALUD LABORAL
En el lado opuesto, el ángulo de las posibles soluciones, se encuentran las claves para potenciar la salud laboral. La directora del Centro de Psicología Álava Reyes menciona que: «En el contexto actual, la flexibilidad, las capacidades de adaptación y de reacción serán claves para afrontar los retos y peligros futuros». Según su criterio y experiencia, es preciso propiciar un marco normativo más flexible que les permita a las empresas adaptarse al actual entorno para que puedan dar respuesta a las necesidades y circunstancias especiales que las envuelven. «Tenemos que hacer una apuesta integral por la salud física, emocional y relacional, promover un ambiente que favorezca el trabajo de líderes equilibrados y emocionalmente competentes y formar en competencias emocionales a los trabajadores», sentencia la psicóloga.
Cada vez será más valorado el contar con personas motivadas, comprometidas y con emociones positivas para alcanzar el éxito laboral en todas sus facetas. «Por ello, son cruciales los programas de Bienestar Emocional que están comenzando a implantarse en algunas empresas, donde se trabajan aspectos clave como aprender a conocernos sin filtros, a identificar nuestras emociones poniendo a favor los dos cerebros: el racional y el emocional, etc.», explica. «En la situación actual resultará determinante conocer las claves que nos permitan gestionar de forma proactiva el tiempo, apoyándonos en los principios de la Comunicación Constructiva, la Comunicación en Entornos Digitales y alejándonos de la Comunicación Estéril. De esta forma, alcanzaremos el Liderazgo Emocional que nos permitirá la Gestión Positiva de Personas en Entornos tan cambiantes y convulsos como el actual», concluye.