Eduardo Martín Cardona
CEO de Alares
Si algo tenemos en común la mayoría de os seres humanos es que a todos nos gusta que nos quieran y que se preocupen por nosotros.
En las relaciones personales cuando nos sentimos queridos por alguien, nuestra respuesta generalmente es el agradecimiento y la reciprocidad.
En las empresas ocurre de igual modo, si nos sentimos respetados, apreciados y valorados en el trabajo nuestra respuesta será, muy probablemente, dar lo mejor de nosotros mismos. Es importante llegar a nuestros colaboradores a través de las emociones para crear lazos de afectividad muy difíciles de romper. Lo ideal es conseguir que las personas piensen y digan «Yo soy de» en lugar de «Yo trabajo en».
Por supuesto, el salario económico es imprescindible, pero en la mayoría de los casos no es suficiente. El llamado «Salario Emocional» que es un concepto asociado a la retribución de un colaborador en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo, fomentando la conciliación laboral, hay que entenderlo como una inversión a largo plazo, una buena herramienta para retener y captar talento, en definitiva, una excelente oportunidad que tienen las empresas para transformarse, tomar un papel más activo y comprometido en la sociedad y mejorar así su nivel de competitividad.
Para implantarlo en una empresa se debe comenzar siempre por escuchar a tus colaboradores de forma individual porque cada persona es diferente y tiene unas necesidades propias. Tras la escucha, hay que encontrar fórmulas que sean capaces de diseñar soluciones globales y personalizadas a la vez, para conseguir atender la mayoría de las necesidades de la persona y sus familias.
Dentro de esas soluciones y servicios, que las empresas pueden brindar a sus colaboradores, existe un amplio abanico de alternativas como el asesoramiento médico y psicológico, servicios de teleasistencia y cuidados en el hogar, programas de bienestar físico, nutricionistas, entrenadores personales, gestión de trámites administrativos, paseo de mascotas, etc. que se adaptan, en mayor o menor medida, a lo que cada uno necesita.
Por supuesto, las empresas y en concreto las áreas de Recursos Humanos deben buscar aliados, con experiencia y credibilidad en el mercado, que sepan diseñar y ejecutar con profesionales expertos un plan a medida para cualquier tipo de empresa.
A la hora de la elección de aliados hay varios factores muy importantes que generan tranquilidad y confianza, como que los servicios siempre sean prestados por personal propio y que la cobertura sea en cualquier rincón de nuestro país, incluso en la llamada «España Vaciada», ya que hoy en día las plantillas están cada vez más deslocalizadas debido al teletrabajo.
BENEFICIOS DE CONFIAR EN EL SALARIO EMOCIONAL
El salario emocional mejora el bienestar físico, psíquico y emocional de los empleados y sus familias. También aumenta la competitividad de la empresa, ofrece un entorno saludable y mejora la gestión de conflictos. Son emociones que van unidas al orgullo y sentimiento de pertenencia de una empresa. Su cultura corporativa.
Por poner datos a estos beneficios, según un estudio de Alares, el salario emocional reduce un 18% el absentismo y un 13% las bajas laborales por estrés, la retención de talento mejora hasta en un 19% y el incremento en captación de personal asciende hasta un 21%.
Del mismo modo gracias a la mediación externa en temas de igualdad, gestión de la diversidad e inserción laboral de las personas con discapacidad, la gestión de conflictos mejora en hasta un 64%.
Los servicios de conciliación permiten una mejora permanente del Plan de Igualdad en las empresas y también favorecen la correcta gestión de la diversidad potenciando a su vez la innovación y, según el caso, cumpliendo con la Ley de Discapacidad.
LOS PLANES DE CONCILIACIÓN Y BIENESTAR
La conciliación se debe entender desde la diversidad y las condiciones que tiene el empleado de forma individual. Estas pueden variar a lo largo de su trayectoria en la empresa. Por ejemplo, una persona puede comenzar con un estado civil diferente y luego cambiar, tener hijos, sufrir algún tipo de discapacidad, etc. Las características pueden variar y las empresas tienen que estar preparadas para saber adaptarse a cada circunstancia.
Hay algo en común en las exigencias de los empleados en este último año: la ayuda psicológica. La fatiga pandémica ha hecho aumentar un 62% las consultas psicológicas de los clientes de Alares. Desmotivación, vuelta al trabajo presencial, pérdida de relaciones personales son algunas de las más atendidas.
EL PUNTO DE PARTIDA: LAS EMOCIONES
Para Alares, el salario emocional no es un concepto disruptivo y novedoso ya que somos la primera empresa privada de España de cuidados a las personas, trabajamos y ayudamos a las empresas desde 1999 y tenemos más de 7 millones de personas que disfrutan de algunos de nuestros planes en nuestro país.
No obstante, es cierto que tras la pandemia es algo que ahora «exigen» los empleados y que ha pasado a ser casi una obligación para las empresas. Al 80% de las personas trabajadoras les gustaría contar con planes de conciliación de teletrabajo y vida personal, según nuestro último análisis de percepción sobre el teletrabajo (1) .
También es cierto que las empresas buscan cada vez más nuevas fórmulas para sorprender a sus plantillas que son en definitiva los verdaderos embajadores de su marca. Por ejemplo, el servicio Travel de mi Asistente, que es un asistente personal que planifica los viajes de ocio de los colaboradores y sus familiares y te organiza un plan perfecto: escapadas a la naturaleza, cenas románticas, experiencias con actividades, viajes en barco, alquiler de coches, autocaravanas…
Todos estos servicios, y otros muchos, forman parte del nuevo Plan Alares 360º y otorgan el certificado Alares ESR (Empresa Socialmente Responsable con la Plantilla) permitiendo a las compañías posicionarse como los mejores lugares para trabajar en España. Las plantillas actuales son muy diversas y esto se suma a la complejidad del mundo al que nos enfrentamos. Esto hace necesario que los departamentos de Recursos Humanos piensen en este tipo de planes entendiendo que cada persona es única y a esa diferencia hay que dar respuesta.