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«Hacer bien el negocio y hacer el bien con el negocio»: el compromiso de ISS con sus trabajadoras de la limpieza

Redacción Capital Humano

Capital Humano, Sección Crecimiento profesional / Entrevista, Enero 2024, CISS

Entre los sectores profesionales que han visto aumentar sus funciones desde la pandemia, aunque ese incremento no se haya traducido necesariamente en un mayor reconocimiento social, destaca el de las profesionales de la limpieza. Mujeres y hombres que mantienen limpios y desinfectados todo tipo de entornos profesionales, aunque en no pocas ocasiones sean invisibles a ojos de los demás. Presente en España desde hace más de 20 años y con un equipo formado por alrededor de 30.000 colaboradores en nuestro país, el director general de Personas y Cultura de ISS España, Ricard Casas, ha sido entrevistado por Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano, en el ciclo de charlas impulsado por Capital Humano para poner en valor el trabajo de las personas trabajadoras.

Portada

«Hacer bien el negocio y hacer el bien con el negocio». Es la máxima de ISS Facility Services España, la compañía multinacional especializada en integración de servicios de limpieza, workplace y servicios técnicos. Presente en España desde hace más de 20 años y con un equipo humano formado por alrededor de 30.000 colaboradores en nuestro país, su director general de Personas y Cultura, Ricard Casas, ha sido entrevistado por Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano, en el ciclo de charlas impulsado por Capital Humano para poner en valor el trabajo de las personas trabajadoras.

No en vano, entre los sectores que han visto aumentar sus funciones exponencialmente desde la pandemia, aunque ese incremento no se haya traducido necesariamente en un mayor reconocimiento social, destaca el de las profesionales de los servicios de limpieza. Mujeres y hombres que mantienen limpias y desinfectadas oficinas, hospitales y todo tipo de entornos profesionales, aunque en no pocas ocasiones sean invisibles a ojos de los demás. Durante el confinamiento, por ejemplo, las personas que más veces subieron a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados no fueron parlamentarios ni miembros del Gobierno, sino mujeres con guantes azules, bayetas y mascarillas. Tras cada intervención, se encargaban de limpiar el atril y el micrófono para que sus señorías pudiesen debatir en condiciones de higiene y salubridad.

Conscientes de esta situación, en ISS apuestan por mejorar la experiencia en los espacios de trabajo poniendo el foco en el bienestar de empleados y usuarios. En el compromiso social de la empresa también está fomentar la integración de personas en riesgo de exclusión social y con algún tipo de discapacidad, así como la incorporación de mujeres víctimas de violencia de género.

De izquierda a derecha: Marcelino Abad, editor jefe de Capital Humano; Gloria Lalanda, directora de Publicaciones en LA LEY; Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano; Ricard Casas, director general de Personas y Cultura en ISS, y Cristina Sancho, Presidenta de la Fundación Aranzadi LA LEY

Un poco de historia

Origen social de ISS

El negocio de ISS ha evolucionado desde sus inicios, pasando de ser una pequeña empresa de seguridad en Copenhague (Dinamarca) a convertirse en una compañía global. ISS España forma parte del Grupo ISS, una multinacional de servicios generales constituida en 1901 y presente en la actualidad en 50 países de Europa, Asia, América y Oceanía, con más de 350.000 empleados que suministran servicios a clientes del sector público y privado. En España, su facturación en 2022 fue de 555 millones de euros.

ISS entró en España en 1999, cuando compró la compañía de Ricard Casas, su actual director de Personas y Cultura. Desde el principio, tanto él como sus socios tuvieron claro el compromiso social que debía tener su empresa. «Podíamos hacer un proyecto social de dar empleo a gente con discapacidad auditiva», pensaron. Aunque se lo propusieron a varias compañías, solo IBM, que entonces estaba haciendo el actual edificio de la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña, fue receptiva a contratar a profesionales de la limpieza con sordera. La coincidencia entre sus valores y los de ISS dieron lugar a la venta.

Pagar más y mejor

Pagar más y mejor

En los años 80, «el sector de la limpieza era la jungla», ha recordado Ricard Casas, pues las trabajadoras solían realizar sus funciones sin estar contratadas formalmente ni cotizar a la Seguridad Social. Conocedor de las condiciones laborales de otros países, esta situación lo llevó a idear un plan de «contingencia cero» para cumplir con los derechos laborales básicos que empezaban a cristalizar en España tras la entrada en vigor del Estatuto de los Trabajadores.

Actualmente, en medio del debate motivado por la recuperación del salario de las personas trabajadoras tras el parón de la pandemia y la espiral inflacionista, defiende que «hay que pagar más y mejor» a los empleados para que vivan «dignamente». «El dinero no es suficiente para generar la vinculación (con la empresa), pero es necesario. Generando empleos mejores se generan empresas que subsisten. Estamos por convenios dignos y aspiramos a ser parte de un país y de un sector productivo y empresarial donde la gente que trabaja dignamente 40 horas (a la semana) pueda vivir también dignamente», le ha confesado a Tomás Pereda, subdirector general de la Fundación máshumano.

Compromiso con los empleados

El primer cliente

El compromiso con los empleados forma parte de la cultura de ISS, ha asegurado Casas. Según ha recordado, él mismo medió con su primer cliente, un hospital público de Barcelona, para que dos de sus empleadas pudiesen realizar allí las prácticas de un curso de auxiliar de enfermería. «Su ambición era llegar a ser plantilla del hospital, no limpiando, sino siendo auxiliares. Cuando había vacantes, había un sistema para postularse, pero para estar allí dos meses tenían que renunciar a su puesto de limpieza. Estaban atrapadas en el vértigo del salto. Hablé con el hospital para solucionar la situación». Al final, «les dimos la excedencia para que hicieran la suplencia y volvieran con nosotros cuando la acabasen hasta que pudieran hacer el salto definitivo» al hospital.

En otra ocasión, una gestora de servicios de la compañía se encontró con una persona sin hogar durmiendo en un banco. Ella iba a realizarle una oferta a un cliente para la limpieza de las zonas comunes de «un hotel de lujo que se estaba construyendo». Tras entablar una conversación con él, le ofreció mediar para ayudarle a encontrar trabajo. A las pocas semanas, cuando el hombre encontró una habitación, la llamó para decirle que ya tenía un domicilio a efectos de una posible contratación. Finalmente, empezó a trabajar en el hotel, aunque a día de hoy desconocen su historia de superación. «Lo que más me gusta de esta historia es que una gestora de ISS se sintiera capacitada para hacer una cosa así y que nos la viniera a explicar sabiendo que la íbamos a felicitar. En la mayoría de las empresas, si alguien hace una cosa así, le dirían que está loca» o le regañarían «si el cliente se entera», ha dicho Ricard Casas.

Aprendiendo de los mejores

El jefe infiltrado

«Partiendo de cuál es el propósito del cliente, ayudamos a nuestros empleados a descubrir cómo ellos pueden implicarse y contribuir con su trabajo al propósito del cliente», ha dicho Casas. Así, por ejemplo, las profesionales de la limpieza que trabajan en hospitales tratan de «acompañar» a los enfermos o a sus familias, aunque sea con un simple buenos días, ¿cómo está? «A los trabajadores les decimos que tienen que encontrar su manzana, que es el sentido último del trabajo que hacen». «Les enseñamos a perder el miedo y a que no sean invisibles. Por ejemplo, a entablar una conversación con un enfermo, con un alumno, etc. El interactuar humaniza y dignifica. A todos nos gusta tener un trabajo donde podamos generar relaciones humanas».

Además, ISS ha diseñado un programa, el Company Day, para que los directivos de la compañía, a fin de conocer de primera mano el trabajo que realizan las personas trabajadoras y empatizar con sus problemas o necesidades, vayan a limpiar de vez en cuando un colegio, un hospital o cualquier otro espacio profesional. Unos días antes realizan un curso de prevención de riesgos laborales y cuando reciben el uniforme y llega el día fijado, se van a donde les haya tocado. «Nosotros no sabemos limpiar. El encargado te pone al lado de alguien para que te vaya diciendo. Si estás ocho horas conviviendo con esa persona, acabas intimando».

Como resultado de esta experiencia, Casas se ha dado cuenta de que «la señora de la limpieza es invisible. Cuando te pones un uniforme de limpiador desapareces del mundo. Hablo por experiencia propia. Pasando la mopa en un pasillo, a veces ni se apartan». Por eso, la compañía ha diseñado programas para que los profesionales «no sean invisibles» y pierdan el miedo a interactuar con las personas de los espacios que limpian.

Hacer el bien con el negocio

Hacer bien el negocio

La idea de la empresa es «hacer bien el negocio y hacer el bien con el negocio», lo que forma parte de su plan de «acción social con sentido de negocio. Queremos implicarnos socialmente en la mejora de la sociedad con programas que tengan sentido dentro de nuestra actividad», ha asegurado Casas. Uno de los ejes de este programa se basa en la contratación de personas en riesgo de exclusión social, con algún tipo de discapacidad y de mujeres víctimas de violencia de género.

Para ello, ISS dispone de diez centros especiales de empleo (GELIM), situados en Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Principado de Asturias, Comunidad de Madrid, Andalucía, País Vasco, Castilla y León, Extremadura y Galicia, cuyo objetivo es la integración de personas con discapacidad. Por ejemplo, a través del centro de Madrid, ISS presta su servicio de limpieza a una importante empresa de ingeniería y construcción, con un equipo de alrededor de 100 personas, de las que casi el 70% tienen discapacidad severa.

Además, la empresa cuenta con más de 7.100 empleados en riesgo de exclusión social, de los que 2.551 proceden de 86 países distintos. En este sentido, destaca su colaboración con más de 50 entidades sociales para ofrecer oportunidades de empleo a personas en esta situación. Entre estos planes se encuentra el programa Incorpora de la Obra Social La Caixa y el Acuerdo con Fundación Once, Programa Inserta para personas con discapacidad, con más de 1.200 personas contratadas.

Asimismo, ha firmado un programa con el Ministerio de Igualdad para la incorporación de mujeres víctimas de violencia de género, a través del cual 72 mujeres maltratadas han encontrado trabajo en la empresa. En 2019, ISS también abordó su Plan de Igualdad junto a los sindicatos CCOO y UGT, que incluye un protocolo preventivo ante situaciones de acoso sexual y un plan especial para casos de violencia de género y ayuda a la víctima, que promueve la adopción medidas urgentes e inmediatas por parte de la empresa, respetando la confidencialidad y el derecho a la asistencia social de la víctima.

Si quiere ver toda la conversación de Ricard Casas con Tomás Pereda, puede hacerlo pinchando en el vídeo que aparece justo debajo.

Entrevista Ricard Casas

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