Antonio Núñez
Senior Partner de Parangon Partners, firma de búsqueda de altos directivos y consejeros
Fundador de la Asociación de Alumni de la Harvard Kennedy School.
«Locura es pensar que puedes obtener resultados diferentes haciendo lo mismo»
(A. Einsten)
Uno de los principios que aprendí de Peter Drucker, padre del management moderno y gurú de la gestión empresarial, ha sido que «el conocimiento es la fuente de riqueza. Aplicada a las tareas conocidas, se convierte en productividad. Aplicada a las tareas nuevas se convierte en innovación». Conocimiento, productividad e innovación, tres conceptos claves para el crecimiento de cualquier empresas u organización.
CONOCIMIENTO
Tal y como afirmaron Probst, Raub y Romhard, el conocimiento «es todo el conjunto de cogniciones y habilidades con los cuales los individuos suelen solucionar problemas, comprende tanto la teoría como la práctica, las reglas cotidianas al igual que las instrucciones para la acción… siempre está ligado a las personas; forma parte integral de los individuos y representa las creencias de estos acerca de las relaciones causales».
Sin lugar a dudas el conocimiento es el factor clave del crecimiento económico. Numerosas empresas deberían volver a reinventarse a sí mismas para poder generar conocimiento, trabajarlo a través de sus personas y que éste fluyera y se dispersara por toda la organización. Para ello, es necesario, además de crear ese conocimiento, formar personas capaces de transferirlo. Las personas son el activo más valioso de cualquier organización. Son el alma de una institución, el corazón de su proceso, el motor de su productividad, el fin de su camino.
PRODUCTIVIDAD
Día tras día escuchamos la necesidad de mejorar la productividad de cualquier empresa para fomentar la competitividad. ¿Y cómo se hace sin ese motor individual que puesto al servicio común se transforma en ideario colectivo con compromiso organizacional? El trabajo que he realizado con equipos directivos de diversa índole me ha permitido comprobar de primera mano que hoy en día las empresas jerarquizadas ya no funcionan y cohíben el desarrollo de la organización. Ante esta situación, mi apuesta personal se resumen en la siguiente máxima:
«la productividad es el resultante de mezclar el compromiso colectivo y el liderazgo individual».
Es muy importante que el líder sea capaz de preocuparse de su equipo y gestionar, no sólo los resultados, sino también las emociones. Las personas no sólo deben hacer, sino que además deben:
- a) Pensar.
- b) Evaluar.
- c) Proponer.
- d) Resolver.
Es decir, deben participar tomando decisiones y asumiendo la responsabilidad sobre las mismas. En la era del conocimiento en la que nos encontramos, la productividad de una organización es la suma de las productividades individuales de cada una de las personas que la integran. Potenciar el talento, aumentarlo, rentabilizarlo y, por último, mantenerlo. Así funcionan las grandes compañías en el mundo, como Google, Apple, Ikea, Sony o Coca-Cola.
INNOVACIÓN
Como pudimos aprender en el libro «El líder ante la innovación» que tuve la ocasión de escribir con mi buen amigo Tommaso Canonici, innovacion como proceso traduce el conocimiento en crecimiento y bienestar social. Steve Jobs afirmaba que «la innovación no tiene que ver con cuántos dólares has invertido en I+D… No es un tema de cantidades, sino de la gente que posees, cómo les guías y cuánto obtienes». La innovación tiene que ver con los productos y los servicios, pero también está relacionada con los procesos de gestión de las personas de una empresa. De nada sirven procesos estructurados si no existen personas que puedan dedicar parte de su tiempo en innovar; personas que tengan valores, conocimientos y habilidades adecuadas para hacerlo. En cada proceso de valoración y asesoramiento en liderazgo subrayo que son cada una de las personas las que tienen la capacidad de desafiar paradigmas y cambiar la forma en que se hacen las cosas. Quienes ejecutan el trabajo día tras día son quienes enfrentan los problemas a resolver.
Así pues, si queremos ganar en innovación y productividad hay que dar más protagonismo a la gestión de personas, porque son éstas las que innovan y actúan de manera más o menos productiva. Gestión privada con toque personal y público.