Miguel Ángel Blanco Cedrún
CEO y decano de www.spainbs.com
Creo que uno de los términos que más me gusta dentro del mundo empresarial es el de intraemprendimiento. Realmente no es un término definido por la RAE, pero que utilizamos muy a menudo para referirnos a aquellos trabajadores que trabajan para otros, pero actúan como emprendedores dentro de sus empresas.
El emprendimiento dentro de las empresas es beneficioso en ambos sentidos. Veamos por qué:
Para la empresa
- - Es una manera de aprovechar y valorar el talento del personal.
- - Se consiguen impulsar proyectos novedosos e innovadores.
- - Fomenta la creatividad y la innovación de muchos trabajadores.
Para los trabajadores
- - Te permiten desarrollarte profesionalmente y alcanzar objetivos y metas.
- - Dispones de un marco propio para el desarrollo de nuevas oportunidades.
- - Tienes la oportunidad de hacer las cosas de forma diferente a como se están haciendo, y con el apoyo de la empresa.
- - Cuentas con el respaldo de una organización y no arrancas de cero.
A los intraemprendedores les ocurre como a muchos con las habilidades, que ciertas personas nacen con ellas -y decimos que tienen talento - y otras tenemos que aprenderlas. Por eso, siempre han existido personas que toman iniciativas dentro de las empresas y buscan llevarlas a cabo. Y otras, en cambio, prefieren que les propongan tomar esas iniciativas.
Se puede fomentar el intraemprendimiento de formas muy diferentes. Cada persona es un mundo, tanto en su ámbito personal como en el laboral, y por eso a no todas se nos motiva de igual manera. Sin embargo, hay algo que a todas nos gusta, y son las recompensas, ya sea en forma de reconocimiento o con contraprestaciones.
En España todavía es novedoso, pero ya hay empresas que fomentan el intraemprendimiento con programas y estrategias.
Como en todo, no hay reglas exactas establecidas, pero para poner a funcionar un programa que fomente el emprendimiento interno se debe:
- - Usar la comunicación interna para que llegue a todos los empleados. Una comunicación con un mensaje claro y con la posibilidad de poder resolver todo tipo de dudas.
- - Elección de las ideas presentadas. Normalmente suelen ser las más viables o que se piensa que pueden tener mayor alcance.
- - Dotación de presupuesto, recursos y del equipo necesario.
- - Fase de pruebas, en la que si el proyecto sigue adelante se forma el equipo final y los trabajadores dejan, durante el periodo que dure el proyecto, sus puestos de trabajo. O, si se rechaza finalmente la idea de puesta en marcha, los trabajadores vuelven a sus puestos sin ningún tipo de reproche.
- - Prototipo: si se ha seguido adelante con la idea es el momento de crear el primer modelo.
- - Lanzamiento de una primera versión del producto final para comprobar su validez.
- - Creación afirmativa del producto/servicio: superada la fase anterior, se cierra el proceso habiéndose creado un nuevo producto o servicio.
En Spain Business School hemos vivido varios casos de intraemprendimiento, uno que nos ha llamado la atención, sobre todo por el sector tan serio y rígido en el que trabaja, ha sido el de nuestra alumna Saray Acosta, directora de la oficina de prensa del Obispado de Huelva, que no contenta con estar en las redes sociales, ha querido formarse para impulsarlas de manera empática y acorde con los objetivos marcados por la empresa.
La propia Saray nos cuenta cómo gracias al apoyo y confianza de sus jefes está cumpliendo su objetivo de acercarse a un público más joven.
Pregunta. -¿cómo surge la idea de abrir cuentas en las redes sociales?
Saray.- Al principio fue una inercia. Las redes sociales son otras plataformas desde las que comunicar y la Diócesis debía tener presencia en ellas. Sin embargo, con el paso de los años, y viendo el impulso de nuevas redes y tendencias, aprendes que no sólo basta con estar, sino que es vital hacerlo de forma responsable, empática y acorde con los objetivos marcados por la empresa. Todo lo que no sea eso significaría desaprovechar la potencialidad comunicativa que tienen e incluso, si voy más allá, contraproducente para la política comunicativa de la empresa.
P. ¿Cómo afrontó el obispado la propuesta?
S.-Pues con mucha ilusión y ganas. Desde la Oficina de Prensa siempre he intentado concienciar de que la comunicación es algo transversal, que afecta a la imagen y al trabajo de todos, por lo que hacerlo bien a todos los niveles es fundamental a la hora de proyectar una impronta fidedigna y coherente respecto a nuestros mensajes. Ya muchos compañeros, ajenos a este mundo, se han dado cuenta por comentarios recibidos que su trabajo tiene mucha más repercusión cuando se comunica y, si además se hace correctamente, los resultados son muy positivos. La comunicación en mi empresa, por tanto, parte de nuestro departamento, pero es algo que incumbe a todos. El trabajo de concienciación, en este sentido, no termina.
P. ¿Qué has tenido a favor y qué en contra para poner tu proyecto a cabo?
S.-A favor, una actitud muy receptiva y confiada por parte de mis compañeros y de quienes llevan el gobierno de la Diócesis, encabezado por el Obispo. Por otra parte, la de Huelva es una Diócesis joven en la que la comunicación es llevada por profesionales desde 2008, un año antes de incorporarme a la tarea comunicativa en la empresa. De este modo, no he encontrado grandes resistencias y la idea de comunicación desarrollada hasta el momento estaba muy en la línea de los objetivos que pretendía. En contra, puedo citar que, en ocasiones, dar un giro a la forma en que contamos las cosas es difícil, por el carácter institucional de la empresa y la seriedad de los mensajes, pero sí es cierto que eso se arregla creciendo en creatividad y recursos, por lo que aburrirse es muy complicado.
P. ¿Qué acogimiento estáis teniendo?
S.- Los usuarios están respondiendo bien, hemos crecido en número y en engagement, sobre todo, en Instagram, que es una de las plataformas que más nos inquietan en este momento, porque una de nuestras principales preocupaciones es llegar a los jóvenes, quienes prefieren esta red social. Intentamos que nuestros mensajes sean frescos y empáticos, con un lenguaje que vaya más allá de la jerga eclesiástica, de manera que todos lo entiendan. Los buenos resultados de esta estrategia no se han hecho esperar.
P. ¿Cuáles son los próximos objetivos?
S.-Terminar de implantar un estilo comunicativo – especialmente en redes- reconocible para nosotros y para los demás, así como conseguir unificar la comunicación de la Diócesis, haciendo uso de las herramientas digitales, sociales e institucionales con un mismo fin y, así, aprovecharnos de su efecto sinergia.
Si quieres ser innovador, fomenta el intraemprendimiento en tu empresa.